Es una técnica que proporciona un estampado de gran calidad, ya que la tinta no se cuartea (como puede suceder con la serigrafía si no es correctamente aplicada), no pierde el color y no se despega del tejido.
Un vez que el vinilo esté trasferido al tejido no se desprende. Por eso es ideal para estampar textos o motivos con líneas finas, que en otras técnicas pueden llegar a desprenderse con el tiempo.
Además, su aplicación es muy rápida, por lo que podrás tener un motivo estampado en unos 20 minutos.
Para su aplicación se requiere una máquina termofijadora, ya que el vinilo queda fijado gracias a la temperatura.
Una pequeña desventaja de esta técnica es que se requiere un conocimiento mínimo de diseño gráfico y de informática, ya que se utiliza un software para lograr la separación de colores y un plotter para cortar el vinilo que después se pegará en el tejido.
Por otro lado, para el vinilo textil sólo podremos utilizar colores planos e imágenes vectoriales, ya que esta técnica no se puede utilizar con imágenes full color ni degradados.